viernes, 3 de agosto de 2007

Frontera

Hace ya tiempo, de chicos,
pusimos la frontera en las preguntas,
llegaron los primeros amigos,
cómplices y eternos,
y la frontera creció un poco más,

Después…
el horizonte, el aire, tus cuentos,
y nuestra frontera abarcó todas las preguntas,
crecimos casi inevitablemente, casi incansablemente,
y la frontera parecía casi desaparecer,
la pusimos más allá de la revolución y la lucha,
la pusimos cerca de la utopía,
muy cerca,
en la frontera entrábamos todos.

Ahora ya de adultos parece que la frontera
por fin encontró su lugar,
es decir, la frontera por fin es frontera,
aquella que nos separa;
ahora me pregunto si la frontera nace
de la urgencia de decir nosotros
o de la de decir ellos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Afortunadamente las fronteras solo son líneas. Las líneas no son más que una sucesión de puntos. Y los puntos, vaya risa, no son más que entes adimensionales cuya razón de ser se basa en un triste par de coordenadas XY.